Y  he caído en pecado, más que solo caída, disfrute la cereza y su delicia.

Han sido momentos increíbles, progresivos, agresivos y agrestes.

Maldita mente poderosa te han traído venenoso a mí ser.

Has caído tú también, como medicina en mi garganta.

Voy tragando trago a trago, cierro los ojos y me embriago.

Es el tiempo de inocencia inexistente, de perversidad benevolente.

Somos dos aires en un huracán, casi dos ríos en profundo mar.

Gaviotas libres, lúgubre es la inmensidad que nos mira bostezar.

Tu tan Sur, yo tan norte en mi fantasear…quizás no nos vamos a mirar.

Ando vagabundeando entre ideas y labios secos.

Te juro y te prometo, ser verso a cada insolente deseo.

Merma el tiempo a oscuras, como si supiera de lo ilegal.

Faltamos a la dignidad, respeto y a la pulcra antigüedad.

Como pluma en tu nido, solo ha sido un sueño, tu abrigo.

Voy a repetirlo, cual cabello trenzado en cabellera de niño.

Inocencia inexistente, míranos de frente, que vamos a imaginar.

Ser propios en la intención, la imaginación y la precariedad.

Manso aire, hazle llegar el roció de mis palabras, para mojarlo más.

Quiero verle débil a mi decisión, a mi merced.

Que ansié verme rendida y no sepa cómo proceder.

Caer en su silencio, y como rea, yo también.

Que me crea vencida, falsa careta de prisionera.

Sin sospecha de mi pura sangre de fiera en libertar.

Noe R.