Hijos vs. Internet: cuando los padres viven conectados
La especialista reconoce que los adultos sienten presión para mostrarse constantemente presentes en el trabajo, pero agrega que también existe una fuerza más grande que los hace chequear las pantallas constantemente. No solo se trata de llevar trabajo a casa.
Sherry Turkle explica que la interacción que la gente tiene con las pantallas los aleja del mundo. “He conversado con chicos que tratan de que sus padres paren de mandar mensajes de texto y ellos se resisten, ‘oh, solo uno más -cuenta la especialista-, es igual que ‘solo un trago más’”.
La calidad es la clave
No todos los expertos en el desarrollo de niños piensan que el uso de smartphones o laptops por parte de los padres sea algo malo, necesariamente. Estos siempre han tenido la obligación de dividir su atención.
Sin embargo, los investigadores aseguran que hay una diferencia entre la cantidad y la calidad cuando se trata de conversaciones entre padres e hijos.
“Un tiempo en distracción no es tiempo de calidad”, asegura Frederick J. Zimmerman, un profesor de la Universidad de California que ha estudiado cómo la televisión distrae a los padres.
El especialista también ha notado cómo esta tecnología permite a los padres pasar más tiempo en casa y esto puede, al final, resultar en más tiempo de calidad con los hijos.
Palabras vs. pantallas
El libro de los autores Betty Hart y Todd R. Risley ‘Las diferencias significativas en la experiencia diaria de los jóvenes y niños americanos’ muestra que los padres que ofrecen un ambiente rico en lenguaje a sus hijos, los ayudan a desarrollar un vocabulario amplio y a aprender a leer.
El libro relaciona el lenguaje usado en casa con los ingresos del hogar en EE.UU. Según la investigación, niños de niveles socioeconómicos elevados escuchan en promedio 2,153 palabras por hora, mientras que aquellos de clases trabajadoras solo 1,251. En el estudio se afirmó que los pequeños cuyos padres reciben asistencia social solo escuchan un promedio de 616 palabras por hora.
Pero justamente son las familias más afortunadas aquellas que tienen acceso a los smartphones y laptops. ¿Tendrá algún efecto en el vocabulario de los niños?
Meredith Sinclair, una madre y blogger, cuenta que recién se dio cuenta de cómo su adicción por la computadora molestaba a sus hijos, cuando decidió prohibir el uso de Internet entre las 4 y las 8pm. Sus hijos respondieron con alegría.
“En realidad no se pueden hacer ambas cosas”, ella afirma. “Es muy tentador, tuve que tomar una decisión radical».