La ducha diaria muy importante para tener una piel hermosa
Duchas excesivamente frecuentes y uso de jabones, geles u otros productos de aseo que contribuyan a perturbar el índice de acidez natural de nuestra piel pueden ocasionar alteraciones cutáneas. Se recomiendan geles sin jabón que son menos irritantes que los clásicos jabones y preservan el manto ácido de la piel.
El hábito de la ducha, tan arraigada en nuestros hábitos diarios, siempre es un momento placentero. Para despejarse por la mañana o para conseguir el efecto contrario a última hora de día, cuando nos duchamos además de la cuestión higiénica entran en juego mecanismos placenteros.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano, y es además la primera la barrera con la que el organismo se protege de los agentes externos. Contiene una capa de lípidos que tiene un Ph ligeramente ácido, que se sitúa en torno al 5,5, que es lo que impide que gérmenes, bacterias, virus, ácaros y demás microorganismos puedan invadir nuestra piel. Por eso es tan importante no alterar esa acidez para que la piel pueda seguir ejerciendo esta actividad protectora.
Con una ducha al día es suficiente para estar limpio y aseado. El agua debe estar tibia porque a temperaturas mayores la piel se seca y pierde elasticidad.
El jabón ideal: con Ph 5,5 y aceites vegetales
En la naturaleza se encuentran activos con interesantes propiedades para mantener el grado de hidratación de la piel. Entre ellos, el Melocotón y Albaricoque son frutos ricos en aceites de primera calidad, que contribuyen a la hidratación de la piel y aportan un efecto refrescante.