El 1ero de Mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores en todo el mundo, en homenaje a todos los hombres y mujeres que cumplen con esa esencial norma de vida, con anónimo esfuerzo, en las distintas actividades, logrando con su labor cotidiana fortalecer el espíritu, forjar el carácter, sentirse dignos ante la familia y la sociedad en la que se insertan, pero principalmente, poniendo su imperceptible cuota en el desarrollo de la humanidad. 

En la segunda mitad del Siglo XIX, con el rápido avance industrial, creció mucho la masa trabajadora de hombres y mujeres. El gran desarrollo del proletariado originó que se produjera el abuso de los capitalistas en detrimento de los salarios obreros, lo que produjo enfrentamientos, agitaciones y luchas entre ambos sectores.

Los trabajadores lograron agruparse en sindicatos para defender sus derechos y lograr mejoras en su labor. Así nacieron los paros, las huelgas, la represión, los despidos. Principalmente en Chicago, cuna del pensamiento reaccionario de los empresarios, donde tuvieron que morir ahorcados 5 trabajadores, víctimas de un poder judicial genuflexo a los grupos de poder económico.

El día del trabajador nos debe hacer reflexionar sobre las responsabilidades que crea en el hombre.

Ganarse el sustento genera en el individuo Derechos y Obligaciones. Se debe trabajar pensando que habrá toda una eternidad para descansar y que el trabajo dignifica al hombre. Pero también recordar a los que generan trabajo, el respeto y consideraciones económicas y sociales que le deben a sus trabajadores.