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Las turbulentas finanzas de Alejandro Sanz

Alejandro Sanz es un hombre curtido en los vaivenes vitales. Tiene cuatro hijos de tres mujeres diferentes, ha pasado por dos separaciones, ha sufrido la muerte de sus padres, ha tenido que enfrentarse a la prensa y hasta a sus propios empleados chantajeándole. Pero ahora vive una etapa con preocupaciones diferentes que le afectan en otro plano: el económico.

Sanz pasa por una situación agridulce en ese aspecto. El pasado agosto y tras una temporada a la venta, logró deshacerse de su casa en la lujosa urbanización madrileña de La Finca. Nunca llegó a asentarse en la capital ni la consideró su hogar desde que vive en Miami (Florida) y cuando está en España es por trabajo o de gira, como la que le hará dar 16 conciertos este próximo verano. Ya se ha sabido exactamente cuánto recibió por esa venta que le hizo al jugador del Real Madrid Eden Hazard: 10 millones de euros. Así consta en las cifras de sus últimas cuentas, publicadas en el Registro Mercantil a finales de enero.

Pese a tratarse de un informe cargado de cifras en ocasiones opacas, los datos arrojan luz sobre su situación personal. Para empezar, a 30 de enero se actualiza el estado de su empresa, a través de la que canaliza sus ingresos desde hace dos décadas, Gazul Producciones. Y dicha actualización deja ver, primero, que ha nombrado nuevos apoderados y que ha cambiado de administrador. Una semana antes, el 23 de enero, ponía al cargo a Óscar García Blesa, que es también el responsable de la oficina que gestiona su representación, Mow Management (y que ha declinado hablar con este diario sobre este asunto). Blesa ha sido director de Sony Music y de marketing en Warner Music. Es alguien muy cercano al músico desde hace años: escribió su biografía, Vive, y codirigió en 2017 el documental Sanz: Lo que fui es lo que soy. Es decir: alguien de su plena confianza.

En cambio, quien ha salido de la lista de cargos es su ya exesposa, Raquel Perera. La separación de la pareja, anunciada en julio, ha supuesto también el adiós de la madre de sus dos hijos menores de su empresa: es ya expresidenta, exconsejera y exapoderada. Perera, que formaba parte intrínseca de la estructura de la empresa desde años atrás y que gestionaba buena parte de los negocios de Sanz, ha salido de su vida amorosa y también de la laboral.

El Registro Mercantil recoge las cuentas de 2016 y de 2017. Difieren mucho una de otra. Las de 2016, como ya se hizo eco Cinco Días, alertan de la falta de 15 millones de euros en las cuentas, en concreto de las reservas de la sociedad. Ese año, en cualquier caso, fue bueno para Sanz en los negocios, ya que ganó más de 15 millones de euros, 12,2 de ellos por su exitosa gira de conciertos. Las cuentas de 2017, en cambio, arrojan otra luz: ahí ganó mucho menos, 4,9 millones de euros, 2,4 de ellos por los conciertos: fue el momento de celebrar los 20 años de Más, el disco que le dio la fama gracias a Corazón Partío, y del concierto de recuerdo de aquel éxito. Al final, el resultado de 2017 es negativo, y la empresa pierde 35.000 euros. El volumen de la actividad, afirman, «varía sustancialmente en función del momento artístico del cantante», se explica.

Las cuentas también dejan ver que la empresa de Sanz se ha deshecho de patrimonio: la casa de La Finca y también otro local con dos plazas de garaje al norte de Madrid por 800.000 euros. Pero eso no obvia que Gazul, como ellos mismos desvelan, tenga «tensiones de liquidez» que el equipo de Sanz intenta remediar «en el medio plazo», pero que le han hecho acudir a «financiación ajena».

Porque a futuro a Sanz se le presenta un problema. Un problema de muchos millones. La principal preocupación, tanto de la empresa como de los auditores externos que la controlan, es la posible deuda que el cantante puede contraer con quien fue su representante, Rosa Lagarrigue. En septiembre el cantante perdió la demanda que ella le interpuso y se enfrenta a un pago de 5.430.022,27 euros. La sentencia está recurrida y la empresa asegura que «no se ajusta a Derecho». Que, si llegaran a perder, «las consecuencias económicas serían, en todo caso, muy inferiores» y que podrían vender algún inmueble. Los auditores no lo ven tan claro. Para ellos no hay «ninguna provisión» de fondos al respecto.

Pero las deudas no vienen solas. Como reflejan las cuentas, hay una empresa estadounidense basada en Miami que reclama 4,2 millones de euros. Es decir, Alejandro Sanz podría enfrentarse a deudas por valor de casi 10 millones de euros.

El Pais

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