Eva Ayllón: “Deberíamos tener una casa para el artista mayor”
Adoptó el nombre artístico de Eva en homenaje a su abuela. María Angélica Ayllón Urbina nació en Lima el 7 de febrero de 1956. Su abuela fue quien la crió y quien le trasmitió el amor por los ritmos afroperuanos y criollos. Ganadora del Grammy Latino a la Excelencia Musical por su aporte a la cultura, y nominada diez veces para Mejor Álbum Folclórico.
Eva Ayllón dejó por un momento la música criolla para grabar un repertorio de la nueva ola para este 13 por TLK Play. “Muchos dirán: ‘no estamos para conciertos’, pero un poquito de alegría no nos cae mal”, comenta por teléfono y sostiene que la pandemia nos deja lecciones. “Debemos convertirnos en seres más compasivos. Hay que recordar que la muerte está presente”.
Es un concierto con el que recuerdas la música de tu niñez y una realidad distinta…
Por supuesto. Cuando escucho (canta) ‘Bajo un monte lleno de miedo y ambiciones…’, inmediatamente recuerdo mi colegio. Estaba frente al Cine Independencia, habían construido hasta el quinto piso y ese sonido me hace bajar, cruzar a recoger a mi hermana, llegar a casa y oler el aceite con ajo cuando preparaba mi abuela el arroz. Veo a mi mamá y escucho a mi papá. Es una cosa de locos el recuerdo, es maravilloso. Será por eso que cuando estamos viejos y estamos en silencio, estamos recordando y es lo que nos da vida.
Antes de la pandemia, venías de ganar el Grammy, y en el 2020 tu música se escuchó en el Festival de Venecia. ¿Cómo ha sido replantear?
A mi hijo Francisco le debo mucho. Cuando recién empezó esto, me senté en el mueble, lloré, tenía miedo, me deprimí. Y él me jalaba hasta su estudio, me decía: “Ven, ma, vamos a hacer tal cosa, cómo harías esto y lo otro”. Así fue como me senté en el cajón y empezamos con ‘El último deseo’, esa fue la primera canción de la cuarentena. Me llenó de alegría.
Y tengo entendido que tienes motivos para no estar al tanto de los noticieros ¿no?
Yo sufro de ansiedad, la depresión me la curé porque era casi crónica. Lo que sí tengo es momentos de pánico. Con esto era una cosa que no soportaba: “¡Aquí todos nos vamos a morir!”. Pero he ido comprendiendo y rezo mucho por amigos, por enemigos, por los que no conozco. Me siento comprometida, no sé cómo hacer para decirles que la mascarilla se usa tapando la nariz hasta el mentón y que nuestra arma es el gel.
Pero has preferido estar alejada de la política.
Siempre me han pedido incursionar, pero no sé nada de política. No tengo el temperamento, sería muy mala.
En todo caso, tienes una postura. Tú has conocido la pobreza extrema…
Sí, he sido una niña que tenía que esperar una bolsa de pan duro, pasado, de semanas, que me regalaba mi tía. Una bolsa grande, verde, nunca lo olvido. Esos panes los poníamos en la cocina de kerosene, entonces, sé lo que es una pobreza extrema. Sé lo que es no comer, sé lo que es tomar Quáker rancio de tres o cuatro días. Comprendo a esta gente que no tiene para comer, pero debemos recordar que si no nos cuidamos no solamente no vamos a tener para comer sino que no vamos a tener para enterrarnos.
¿Coincides con la carta de Susana Baca al presidente Francisco Sagasti?
En realidad me han contado, no he leído lo de la maestra. Pero cada uno tiene su forma de hacer las cosas… no quiero ponerme en contra de algo que desconozco.
Dijo que el fondo llegó a menos del 10% del sector y pidió que ayude a los artistas “a sobrevivir con dignidad”.
Bueno, es que no solamente es eso, es todo el Perú, en general.
Los actores dicen que tienen que fortalecerse como gremio. En este caso, ¿has propuesto algo a Apdayc, Soniem (inicialmente conformada por la Asociación Nacional de Artistas e Intérpretes, Anaie) u otra organización?
Sobre esas entidades prefiero no decir absolutamente nada porque es muy delicado y sé que tengo una voz demandante, ya bastantes problemas he tenido (sonríe).
¿No es necesario hacerlo?
Cuando sea necesario, mira, salgo con escoba y todo a romper cabezas (risas).
¿Sigue en pie tu deseo de hacer una casa para el artista?
Eso sí. México lo tiene. Deberíamos tener una casa de reposo donde el artista mayor vaya a terminar sus días, es lógico. Se debería ver la forma para que el artista muera con dignidad.
Volviendo a tu música, David Bisbal nos dijo que quería grabar contigo. ¿Alistas colaboraciones?
Sí, David ya me habló, Mon Laferte también me habló. Solo estoy esperando simplemente que me pasen la voz y yo inmediatamente con todo mi amor. ¡Y con todo mi orgullo peruano!
LA REPÙBLICA