Yesterday fue hace 50 años
Dijeron que la soñó, o esa fue su versión cuando le preguntaron de dónde había salido Yesterday. Paul McCartney contó, entonces, que estaba en la casa de Jane Asher, su novia por aquellos tiempos, finales de 1963; que se despertó entre turbado e hipnotizado, fue a un piano que estaba en la sala y soltó la melodía. Fueron cinco minutos.
Sólo cinco frenéticos minutos. Él, los acordes, las teclas, el silencio, los recuerdos, su sueño. No tuvo siquiera que escribir. Todo salió a borbotones. Fluyó.
“Fue una cosa de la más extraña -escribió Peter Ames Carlin algunos meses atrás en una biografía sobre Paul McCartney-. Al abrir los ojos en su habitación del ático de los Asher, casi se había tirado de la cama y bajado hasta el piano de la sala de música de la señora Asher, donde sus dedos encontraron las teclas correctas”.
Después, dijeron también, aclaró Ames Carlin, comenzó un infinito peregrinaje por las casas de sus amigos. Necesitaba cerciorarse de que la música de su sueño era original.
Uno por uno se las fue enseñando. Todos respondieron que jamás la habían escuchado. Él seguía hablando de que se la había robado inconscientemente. Igual, más allá de sus paranoias, empezó a escribir la letra. El primer título que se le ocurrió fue Huevos revueltos, un título con el que anduvo por toda Europa durante algo menos de dos años. Una tarde se la tocó a su editor musical, Dick James, quien no le prestó mucha atención. Sólo le dijo algo así como “¿y por qué no compones otra que tenga yeah, yeah, yeah, al estilo de She loves you?”
McCarntey halló el Yesterday que el mundo conocería y sería cantada por millones de personas en España, 1965. Antes de grabarla para el álbum Help!, su arreglista, George Martin, le sugirió que la firmara él solo.
Sin embargo, McCartney le recordó aquel trato que habían firmado sin necesidad de sangre ni de tintas con John Lennon, según el cual las canciones que compusieran a dúo, o en solitario, serían firmadas siempre por los dos, Lennon y McCarntey, en estricto orden alfabético.
Veinte años más tarde, McCartney quiso eliminar a Lennon de los créditos, o por lo menos invertirlos, pero Yoko Ono se opuso, so pena de demanda. Para McCartney no tenía sentido que Lennon apareciera, pues en la grabación de Yesterday no participó ninguno de sus compañeros. La historia, no obstante, se escribió de otra forma.
Yesterday se volvió la canción más transmitida por la radio en la historia de la música, 10 millones o más de veces. La que más versiones ha tenido, 3.000. La más interpretada, siete millones. Y se volvió inmortal bajo la firma de Lennon y McCartney.