Yordano luchó contra la lluvia con su extenso repertorio
La cita con Yordano era a las 8:00 de la noche en los espacios abiertos del centro cultural BOD-Corp Banca. Pero una vez que el reloj marcó la hora pautada, el concierto no empezó. Apenas se escuchaba la prueba de sonido y mientras tanto, el público impaciente por entrar se enteró que el cantautor tendría como invitada a la actriz y cantante Mariaca Semprún para interpretar Otra cara bonita.
Pero la impuntualidad, culpa de la lluvia que cayó en Caracas al final de la tarde, no arrebató los ánimos del público, ya que una vez que se escuchó que las últimas afinaciones terminaron, hasta las señoras mayores a las que les ofrecieron sillas para esperar la hora y media de retraso, aplaudieron con ánimo.
Al permitirse el ingreso a las 1.000 personas que compraron sus entradas para celebrar los 62 años de edad que recientemente cumplió él intérprete, nominado este año al Grammy Latino en la categoría Mejor cantautor, otras gotas de lluvia amenazaron el inicio del concierto. «Nos hubiéramos traído unos paraguas para vender», llegó a decir una señora que buscaba ubicarse en la zona VIP.
Con las notas de Por estas calles, un tema que ya suma dos décadas de existencia, finalmente se inició el show, ya a las 9:30 de la noche. Así se abrió un espectáculo que contó en su primera parte con el cantante venezolano, nacido en Italia, acompañado de una banda que constó de dos coristas, dos percusionistas, un baterista un bajista, un guitarrista y un tecladista.
No voy a mover un dedo, No toquen esa canción, tema que tenía más de 15 años sin interpretar, aseguró Yordano, y Vivir en Caracas, fueron las que calentaron los motores de un largo repertorio que bien se paseó por sus más de 30 años de carrera.
En ningún momento perdió la elocuencia o la naturalidad durante el show, que se extendió por más de dos horas. De hecho, no tuvo pena en reclamarle a un grupo que llegó tarde a la función. «O nosotros empezamos muy temprano o ustedes llegaron muy tarde», dijo en tono de broma mientras esperó que los señores se ubicarán en sus asientos. «Yo no puedo tocar hasta que se sienten, me desconcentran», sentenció.
La velada continuó con seis composiciones de su reciente producción Sueños Clandestinos, entre ellas Llueve sin parar, muy acorde para la velada, en la que lluvia hizo presencia taciturna, y Siempre la brisa.
El formato íntimo no faltó. Di Marzo tomó una guitarra acústica para apoderarse del escenario. Primero con una versión en español de Baby, It’s you de Los Beatles, momento en el que empezó a disculparse entre pequeños ataques de tos. «El clima hace de la suyas», se excusó, pero continuó con Besos en la lluvia y hasta un tema inédito llamado Un gran adiós.
Continuó su lucha contra la lluvia con su extenso repertorio. Ya con una sección de metales, una interpretación con la que no coqueteaba desde 1993; los paraguas protegieron a aquellos quienes los trajeron, y a otros no les importó mojarse mientras sonó A la hora que sea y Media luna.
Para cerrar cantó unos coreados Madera fina y Manantial de corazón. Ya con Perla negra anunció que se acercaba la despedida de Yordano antes de cumplir con un espectáculo el próximo 16 de noviembre en La Scala de Brickell (en Miami) y el día 21, la cita más importante: La 14 entrega de los Grammy Latinos en Las Vegas.