Julieta Venegas la maternidad cambio la manera que vive su música.
A la cantante y compositora Julieta Venegas, la maternidad le ha venido a cambiar el mundo y, sobre todo, la manera en la que vive su música.
Al respecto, Julieta declaró: «Este es el primer material que muestro desde que nació Simona, en 2010. Ser mamá me movilizó, fue una gran sacudida. Esta vez, cuando me senté a escribir no tenía ganas de decir cosas fáciles como: ‘ay, te conocí; ay, me enamoré’, quería bucear más profundo».
Su disco ‘Los Momentos’ -según sus propias palabras- es más introspectivo, íntimo y algo melancólico, y cuenta con la participación de Natalia Laforucade, Rubén Albarrán y la rapera argentina Anita Tijoux.
Julieta sonriente, Julieta elegante, Julieta acordeonista, Julieta cantante. Son muchas las Julietas que desfilan por el escenario del Gran Rex a lo largo de dos horas.
Del otro lado, una platea colmada por fanáticos de entre 5 y 60 años recibe cada una de las versiones que ofrece la artista oriunda de Tijuana y aprovecha los silencios entre tema y tema para expresarle su amor a viva voz. A los «te amo» les siguen otros como «diosa» y hasta unos cuantos «potra» se cuelan de tanto en tanto.
Ella, concentrada en la noche de estreno de Los momentos , su nuevo álbum, los devuelve a su manera, siguiendo al detalle el plan que trazó para esta suerte de gala que tendrá todo lo que un concierto en el que se estrena repertorio puede tener: historias alrededor de las canciones recientes, nuevos arreglos para los clásicos que el público ansía cantar con ella, invitados que aportarán un color distinto al propuesto por la solista con banda, y hasta un cover a la hora de los bises.
«Hoy puedo confiar un poco más en lo que siento», canta la Venegas en el comienzo. «Hoy», tema que abre el disco, es también el encargado de iniciar el show. Luego vendrá «Bien o mal» para establecer un clima festivo que se mantendrá hasta los últimos acordes.
Las canciones de Julieta Venegas hablan de amores pasados y futuros, de amores truncos y de otros imposibles. También reflejan otros sentimientos de la cantante, pero los relativos al corazón son los que ganan mayor metraje y los que hacen que el público se sienta identificado.
Quizá por eso las palabras llegan claras y la instrumentación tenga como objetivo exaltarlas todavía más. Los encargados de hacerlo son cuatro músicos jóvenes que se distinguen por ejecutar a la perfección el plan ideado por la jefa e, incluso, por ir un poco más allá.
Edy Vega se destaca como un baterista poderoso mucho más que por su afro; Freddy Cañedo, por su solvencia en el bajo, y Mariana Ruiz y Matías Saavedra, por su ductilidad para cambiar instrumentos sin resentir su performance, en especial la guitarrista, tecladista, acordeonista; en fin, multiinstrumentista.
«Qué lindo estar aquí otra vez», dirá la cantante antes de arremeter con «Limón y sal». Se siente a gusto en el país y eso se notará con los guiños que irá soltando alrededor del concierto. Tras el hit, vuelve al nuevo disco con «Por qué», una canción que «habla de la gente que no sabe aceptar los cambios».
Agregó: «Siento que la música es otra cosa para mí ahora, ya no es algo solamente mío. En mi casa se escucha lo que le gusta a mi hija. Cantamos, bailamos, repetimos la misma canción una y otra vez. Mi relación con la música cambió y es súper bonito».
Recientemente la cantautora logró cautivar al público chileno, pues ofreció un concierto en el teatro capitalino Caupolicán, donde presentó su última producción discográfica.