Enrique Iglesias defendió una vez más su eterna soltería, que se empeña en mantener porque no considera que el matrimonio vaya a cambiar su longevo noviazgo con Anna Kournikova.

Con 36 años, el cantante sigue descartando una boda pero ya piensa en hacer su propia familia

Sin embargo, Enrique cree que en su vida en común con la ex tenista convertirse en padre sí sería un paso importante.

«No es que yo esté en contra del matrimonio, tampoco que tenga el trauma de venir de una pareja de padres divorciados.

Simplemente, Anna y yo estamos cómodos así y no creemos que casándonos vaya a cambiar el respeto que guardamos el uno por el otro, o que nos vayamos a querer más. Sé que de pronto es una manera bastante liberal de pensar.

No estoy en contra de casarme; sin embargo, no es algo indispensable en mi vida. Más importante es tener un hijo y ser un buen padre. Aun así, siento que para serlo no es necesario estar casado», admitió el músico a la revista TV y Novelas.

Con estas declaraciones, Iglesias podría haber querido hacer referencia a la relación prácticamente nula que mantiene con su propio padre, Julio Iglesias.

Y es que, a pesar de ello, ser hijo del veterano cantante es un título del que jamás podrá deshacerse; algo que no siempre ha sido para bien.

Enrique admitió que una de las peores consecuencias de la popularidad de su padre es que mucha gente solo se ha acercado a él por puro interés, algo de lo que hoy en día puede huir gracias a un curioso «sexto sentido».

«El ser hijo de famosos me hizo palpar, desde muy pequeño, quién era real y quién no. Recuerdo bien cómo trataban a mi padre y cómo eran conmigo cuando él no estaba enfrente.

Desarrollé un sexto sentido para identificar al que es auténtico conmigo y al que está a mi lado porque soy famoso y, créeme, es muy fácil en mi carrera rodearse de personas así», declaró.

 A sus 36 años, Enrique procura recordar la parte más positiva de su infancia entre España y Miami, y valorar la «suerte» de haber sido un niño querido, a pesar de la distancia que siempre mantuvo con sus padres.

«Fui un chico divertido, que si bien no estuvo muy cerca de sus padres, sí contó con mucha suerte en la vida, porque a mi alrededor siempre había gente que me quería mucho»