El grupo norteamericano llevó al desborde al público de la mano de sus éxitos en la bachata y de una serie de jugarretas de su cantante, en las que el buen gusto es un factor absolutamente secundario.

La mezcla es similar: Ritmo, baile, éxitos pegadizos, hormonas y sexo. Pero la cuna es distinta, y en el caso de los norteamericanos ésta no se encuentra en el perreo, sino en la liviana sensualidad de la bachata.

De ellas, «Por un segundo», «Los infieles», «El perdedor, «Tu jueguito» y «Todavía me amas» fueron las más coreadas por un público mayoritariamente femenino. Todas ellas, además, son ilustrativas de la fórmula de Aventura: Simplemente una vuelta y otra al estilo de origen dominicano, y que en el escenario se estructura en buena medida alrededor de la guitarra de Lenny Santos, un hombre de evidente habilidad, y cuyo incesante punteo sirve como telón de fondo a cada tema.

Dosis de reggaetón con «Noche de sexo», a las que se añadió aun más interactividad en la interpretación de «Ella y yo» con un fanático del público, dieron nuevos condimentos a la desbordada presentación, que a esas alturas ya pasaba las 03:00 de la madrugada y había sido coronada con una inédita Gaviota de Oro, suspendida en los últimos festivales, pero resucitada por CHV.